miércoles, 11 de marzo de 2009

CONOCIMIENTO, EDUCACION Y DESARROLLO HUMANO.

Francisco Acosta , M.A

…”La clave de un desarrollo sostenible e independiente es la educación, educación que llega hasta todos los miembros de la sociedad, a través de nuevas modalidades, nuevas tecnologías a fin de ofrecer oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos…” (Federico Mayor, Director general de la UNESCO, junio de 1997)



La sociedad contemporánea se ha denominado “la sociedad del conocimiento”, debido a que contrario a los inicios de la modernidad, en donde las “riquezas de las naciones” se fundamentaba en los recursos naturales, hoy en día el producto mas valioso es el conocimiento. Estamos frente al surgimiento “de un nuevo paradigma económico- productivo en el cual el factor más importante no es ya la disponibilidad de capital, mano de obra, materias primas o energía, sino el uso intensivo del conocimiento y la información” (Tünnermann 2005).

La Educación debe desarrollar capacidades que correspondan a los requerimientos de la sociedad del conocimiento. Es decir, promover el uso competitivo del conocimiento y de las innovaciones tecnológicas que promuevan las ventajas comparativas que permitan viabilizar la inserción de los países con economía menos avanzadas, en una economía de mercado globalizada. “La educación no debe desarrollar cualquier capacidad, no debe desarrollar cualquier conocimiento, sino aquel conocimiento y aquella capacidad que permita ser más eficiente y más productiva a la persona”. Ese principio se encuentra en los planteamientos de la UNESCO de que se debe “educar para la vida” lo cual significa que la educación tiene como función “potenciar a las personas para ser y para hacer”. Este principio se pone de manifiesto en lo que ahora se llama el enfoque por competencias, fundamentado en el concepto actual de desarrollo humano, que plantea que la educación debe promover el ”desarrollo de capacidades que permitan a las personas ganarse la vida, producir riqueza, satisfacer sus necesidades”. La educación por competencia tiene por principio la formación de profesionales que respondan a los requerimientos de capacidades de las actividades económicas.

La educación basada en competencia debe formar los recursos humanos que demanda el mercado de la producción, sin perder de vista la creación de una conciencia crítica, forjadora de valores y de una cultura de paz responsable ante la problemática mundial y de un desarrollo humano sostenible y sustentable que tome en consideración la utilización racional de los recursos no renovables del planeta.

El desarrollo humano “es el proceso de ampliación de las opciones de la gente, que aumenta sus funciones y capacidades.( Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo). La sociedad del conocimiento, orientada hacia la promoción del desarrollo humano encamina sus acciones a que la gente viva una vida larga y saludable, y tenga conocimientos y acceso a los recursos necesarios para mejorar su calidad de vida. La Educación basada en competencia está orientada al desarrollo del potencial humano como un que-hacer constitutivo de su propia realidad en relación con su entorno y transformador de su habitad natural y social.

La educación basada en competencia debe promover la capacidad del ser humano para cumplir un propósito. El desarrollo de las habilidades y destrezas cognitivas en las diversas áreas del saber constituyen un reto para los diferentes niveles del sistema educativo. La educación debe plantearse como objetivo el desarrollo de esas capacidades y potenciarlas, así por ejemplo se identifican algunas competencias básicas, como la capacidad de comunicarse, la capacidad de hacer razonamientos y aplicarlo en sus formas lógicas, incluso la capacidad de aprender y construir conocimientos y el manejo adecuado de la información. En síntesis aprender a aprender.
Las capacidades a desarrollar por la educación no están referidas a las habilidades manipulativas, sino mas bien a las habilidades de acción de la persona como expresión ontológica, gnoseológica, teleológica y axiológica , razón por la cual la función de la educación no es la de simple reproductora y transmisora de informaciones, memorizadas y repetidas de generación en generación. La función de la educación es, hacer que las personas asimilen y utilicen esas informaciones convirtiéndolas en nuevas formas de conocimientos. En ese sentido, las capacidades son expresión de los valores, de los conocimientos, de las actitudes, de los usos y costumbres que haya podido desarrollar las personas.
La educación concebida como la transmisión de informaciones a poner en práctica, cuando el educando se integre a la producción, no implica un desarrollo de capacidades, ni es un desarrollo de conocimientos. Es una memorización de informaciones. El enfoque por competencias, en cambio contempla que “el conocimiento no es el enunciado lógico verbal de alguna experiencia o de algún principio”, sino mas bien “la disposición comportamental aprendida o la capacidad adaptativa aprendida” lo cual significa que esa potenciación de la persona ha ocurrido porque ha procesado experiencias o informaciones. Educar es entonces, “desarrollar los conocimientos y las capacidades que potencien a la persona para poder ejercer de una manera más eficaz y más satisfactoria las funciones productivas o las tareas laborales típicas” sin perder el punto de vista orientado hacia la formación en valores que hagan viables su convivencia con los demás y con su medio ambiente. Porque el objetivo central es desarrollar un ser humano integrado y no un engranaje más de las fuerzas productivas. Es decir, que esa persona tenga la capacidad de ejercer alguna ocupación, algún quehacer, algún trabajo de manera que pueda satisfacer sus necesidades. Pero en convivencia con la comunidad y con su entorno Entonces, el objetivo de la educación, no es simplemente la titulación o dotar de ciertas habilidades y destreza que le permitan al ser humano insertarse en el mercado laboral, sino mas bien desarrollar capacidades en las personas para que estas puedan aprender a aprender, aprender a vivir en sociedad y en armonía con la naturaleza, porque una educación enfocada de esa manera tiene beneficiarios múltiples: en primer lugar se beneficia la persona porque desarrolla capacidad de trabajar. En segundo lugar se benefician las actividades económicas porque con una persona preparada van a alcanzar mejores niveles de productividad y de calidad que les va a hacer más competitivos. Se beneficia la nación porque más ciudadanos van a ser constructores de la riqueza y no parásitos de las pocas actividades que pueda haber y finalmente se beneficia el ser humano porque facilita su convivencia entre si y con su entorno. La UNESCO plantea que “el derecho a la educación no sólo es a la educación básica, sino es también a la formación profesional o a la educación para el trabajo porque toda persona debe terminar en capacidad de trabajar, sea cual fuere la actividad. La educación no termina en el simple dictado de información. La educación debe terminar poniendo a toda persona en posibilidad de trabajar en algo.” El derecho a la educación, no tan solo es el derecho a ir a sentarse en un centro educativo, sino también el derecho a que la educación desarrolle las potencialidades y las capacidades del educando, para que pueda mejorar su vida en relación con su comunidad y en armonía con su medio ambiente, lo cual constituye la finalidad del “Desarrollo Humano Sostenido”.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. Revista Internacional Magisterio.
http://revista.magisterio.com.co/index.php?option=com_content&task=view&id=240&Itemid=1

2. TÜNNERMANN Berheim, Carlos. (2002) Conferencia Magistral: ”Tendencias de la educación superior contemporánea y el rol de las universidades públicas”. UASD, Ciudad Universitaria. Santo Domingo R.D.

3. TÜNNERMANN Berheim, Carlos. (2005) “La Autonomía Universitaria Frente Al Mundo Globalizado”. UDUAL. Santo Domingo, R.D.

4. UNESCO.(1998) “Conferencia Mundial sobre la Educación Superior: La educación Superior en el siglo XXI”. París, Francia.

FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN

Félix Gómez Vargas, M.A.

La educación es el instrumento por excelencia de la socialización. Si partimos de los criterios marxistas de que “el ser humano es actor y autor de su propia existencia” y de que “el ser social determina la conciencia social”, es fácil entender el vínculo indisoluble entre filosofía y educación.
El aprendizaje que asimila y acumula cada individuo es dado social y culturalmente o dicho de otro modo, aprendemos lo que nos enseñan.
Ninguna persona “inventa” su propia educación, sino que alguien sirve como canal para que tal fenómeno se concretice en los educandos, sin importar que el proceso sea formal o informal.
Desde la más remota antigüedad el ser humano supera su dependencia respecto a la naturaleza y se convierte en un ser social que trata de mejorar sus condiciones de vida cada vez más:

1. Aplicando la violencia como forma de dominación de unos individuos sobre otros, lo cual hace posible el surgimiento de la propiedad privada, de la explotación y apropiación del trabajo ajeno y por ende de la llamada producción excedentaria que al mismo tiempo generó el ocio o tiempo libre que pudo ser dedicado a “contemplar el mundo” y de esa contemplación, precisamente surgen las primeras formas de conciencia y los cimientos de la filosofía.
2. Domesticando plantas y animales, desarrollando la agricultura y el pastoreo, como formas primarias de la economía y para proveerse de alimentos sin atenerse a lo que “aparece por ahí”, como cuando se era un simple recolector de frutos o un cazador furtivo.
3. Desarrollando la capacidad de trabajo, utilizando instrumentos naturales de producción y creando otros para facilitar una mejor y mayor transformación de lo que sería la materia prima para obtener bienes de consumo y servicios necesarios para la subsistencia. El desarrollo de estos da lugar a la ciencia y la tecnología.
4. Poniendo en práctica la capacidad de comunicación mediante el lenguaje articulado que facilita la conservación de la historia a partir de la escritura y la divulgación de los conocimientos logrados.
5. Estableciéndose en un territorio determinado, superando su condición de nómada y convirtiéndose en un ser sedentario.
6. Creando reglas y normas de convivencia para prevenir los conflictos y aplicar las sanciones debidas a las violaciones cometidas y al mismo tiempo ofreciendo gratificaciones a quienes favorecen dicha convivencia.
7. Formando las instituciones que harán posible la distribución social del trabajo y asignando los roles propios de cada estamento clasista, tanto respecto a los dominados como a los dominantes.
8. Creando una superestructura o base ideológica que actuaría como forma de conciencia para lograr la adhesión de cada persona a la colectividad, cuyas expresiones más corrientes son: mitos, tabúes, supersticiones y religiones.
9. Perfilando códigos de comportamiento ético y moral atendiendo a ciertas condiciones de carácter económico, político y social.
10. La Filosofía constituye la primera forma de pensamiento racional que permite buscar explicaciones a los fenómenos de la naturaleza, de lo relacionado con la sociedad y de manera especial con la acumulación, divulgación de los conocimientos logrados y al mismo tiempo innovando e incorporando nuevos conocimientos.
11. A la Educación por su parte, le corresponde el rol de transmitir los conocimientos de unos individuos a otros, tanto de manera espontánea como de manera sistemática y formal.

Los primeros filósofos fueron considerados como sabios porque se encargaban de crear sistemas explicación e interpretación en diversos grados de complejidad, desde aquellos que propusieron un “argé” monista: agua, aire, fuego o tierra hasta los que lograron elaborar sistemas tan complicados como la teoría del ser en Parménides o la dialéctica en Heráclito, pasando por las aporías de Zenón de Elea y el sistema aritmético y geométrico de Pitágoras.

Pero los filósofos no eran sólo sabios, sino que todos fueron creadores de Escuelas pues sus conocimientos eran transmitidos a diversos seguidores que escuchaban sus enseñanzas y que debatían con los maestros y entre sí, produciendo en algunos casos, nuevas escuelas que divulgaban las ideas de sus maestros y en otros se creaban nuevos sistemas de explicación que superaban a sus precursores.

Tales fueron los casos de Zenón quien sistematizó las ideas de Parménides y Sócrates que las llevó a una dimensión más concreta aplicándolas al tema ético; Platón quien escribió y desarrolló las enseñanzas de Sócrates. De igual manera se encuentra el caso de Aristóteles quien propuso una teoría del conocimiento que humanizó el conocimiento considerándolo como el resultado del cultivo de la racionalidad del hombre, lo cual resultaba divergente con la teoría de las “ideas innatas” de su maestro Platón.

Mención especial merecen los sofistas quienes además de sabios se consideraban maestros que podían enseñar a quienes tuvieran dispuestos para el aprendizaje y a pagar por los servicios prestados a los discípulos.

Protágoras de Abdera consideró que “el hombre es la medida de todas las cosas: de las que son en cuanto son y de las que no son en cuanto no son”. Esta afirmación trae implicada la semilla del relativismo pues la condición de veracidad o falsedad es relativa al criterio de cada individuo. Por ello enfatizaba la importancia de la retórica y por tanto de la habilidad de convencer mediante el discurso y no necesariamente por la comprobación empírica. Igual criterio aplicaron los sofistas en relación con el valor del comportamiento humano: lo bueno o lo malo, lo verdadero o falso dependen del criterio de cada quien.

Sócrates a quien algunos consideran un sofista, era opuesto al relativismo de aquellos pues a su entender, la verdad ha de encontrarse en la racionalidad y en la capacidad de llegar a la sabiduría como camino del bien y la felicidad. “El hombre sabio es bueno por naturaleza”. La ignorancia es el peor de los vicios que puede tener una persona porque esta engendra la maldad.
Platón es el maestro por excelencia por ser el fundador de la Academia que fue la primera escuela que funcionó como tal en la Grecia antigua y en la cual se congregaban discípulos que venían de pueblos diversos a recibir Educación en Filosofía, Leyes y Política entre otras disciplinas .

Platón propuso un modelo de gobierno ideal regido por los Filósofos apoyados por los comerciantes y sacerdotes, defendido por los guerreros y fundamentado en el trabajo de los esclavos. “ningún estado regido no por un dios, sino por un mortal se verá libre de males….
Por ello debemos hacer que lo que hay en nosotros de inmortal (las ideas, el conocimiento, Félix Gómez) rija nuestra vida pública y privada; y esto lo conseguimos tomando por ley lo que hay en nosotros participado por la razón”.

Este pensador propuso la existencia de dos mundos o realidades: “hay que admitir que existe una primera realidad que tiene una forma inmutable, lo que de ninguna manera nace ni perece, lo que jamás admite en si ningún elemento venido de otra parte, lo que jamás se transforma en otra cosa, lo que no es susceptible ni por la vista ni por otro sentido alguno, lo que sólo el entendimiento puede contemplar”.

“Hay una segunda realidad que lleva el mismo nombre: es semejante a la primera pero cae bajo la experiencia de los sentidos, es engendrada, siempre está en movimiento, nace en un lugar determinado para enseguida desaparecer; es inaccesible a la opinión unida a la sensación”.

Ambos mundos se conjugan en un tercer género el de lugar no puede morir y brinda un sitio a todos los seres que nacen. “No es susceptible más que gracia a un razonamiento híbrido que no va de ninguna manera acompañado de sensación: apenas se puede creer en ello. Ciertamente es eso lo que nosotros percibimos como un sueño cuando afirmamos que todo ser está forzosamente en alguna parte, en un determinado lugar, que ocupa un determinado sitio y que lo que no está en las tierra ni en parte alguna del cielo no es absolutamente nada”. El Timeo.

ETICA Y EDUCACIÓN

Uno de los aspectos del quehacer intelectual en el que se encuentra una mayor afinidad entre filosofía y educación es en el campo de la ética ya que una de las mayores preocupaciones de la sociedad hoy y en pasado es lo relacionado con el comportamiento humano.

La Filosofía constituye una forma de conciencia que ofrece una visión del mundo dada social y culturalmente, pero asimilada y puesta en práctica por cada individuo. La educación tiene como rol principal capacitar a cada persona, en primer lugar para sobrevivir y luego para integrarse de manera adecuada a su entorno social haciendo conciencia de los valores positivos que facilitan la convivencia humana, tales como la responsabilidad, la honestidad, la solidaridad y en definitiva el valor de la dignidad humana, propia y de los demás.
La moral, expresada en todo comportamiento del ser humano en sociedad está presente en cada acto y en cada conducta que asumimos de manera conciente, voluntaria y libre lo cual repercute de manera positiva o negativa en los demás y por ende en nosotros mismos.

En el acto educativo confluyen al menos dos personas, uno que enseña lo imprescindible para un desempeño adecuado a la vida social, y otro que se supone debe aprender a comportarse conforme a las reglas y normas de convivencia establecida por la colectividad.

La educación como actividad social incluye un conjunto de interrelaciones en que participan maestros, alumnos, la familia, la comunidad y las instituciones responsables de ofrecer y velar por un desarrollo armónico de las referidas interrelaciones.

El desempeño de los roles sociales requiere de un mínimo de instrucción que es suministrada y adquirida en el acto educativo. Los profesionales de la pedagogía, por la naturaleza de la labor que realizan, reciben los mayores reclamos y exigencias en varios sentidos, pero de manera especial en lo que respecta a los aspectos éticos y morales. El maestro es paradigma, guía y guardián de la sociedad por cuanto es el encargado de formar y preparar a los ciudadanos y ciudadanas para que estén en capacidad de afrontar los retos que se derivan de la vida en sociedad.

La ética pedagógica es la responsable de registrar y dar seguimiento a los hechos morales e inmorales que aparecen en la actividad magisterial, así como de divulgar y orientar a los alumnos en cuanto al compromiso que supone convivencia humana, incluyendo el debido conocimiento de los derechos individuales y sociales de las personas, pero también de los deberes y obligaciones que les corresponden a cada quien, destacando las gratificaciones y las sanciones que conlleva toda acción humana enmarcada en lo correcto o lo incorrecto.

La actividad educativa tiene en el maestro el elemento conductor del proceso enseñanza-aprendizaje que es el escenario en que se transmite y reproduce la cultura material y espiritual de la humanidad garantizando la continuidad de la tradición pasando de una generación a las otras.

Entre los rasgos esenciales de la labor magisterial podemos destacar los siguientes:
1. Garantizar que la interacción interpersonales se desarrolle de manera adecuada y armónica.
2. La propia personalidad del maestro es su principal instrumento de trabajo por lo tanto este debe contar con las informaciones y los conocimientos necesarios y suficientes para cumplir adecuadamente su rol.
3. El maestro ha de tener las destrezas, las actitudes y los valores éticos que hagan posible adoptar comportamientos cónsonos con su responsabilidad y le permitan ser un verdadero paradigma para los alumnos y la comunidad.
4. El producto resultado del trabajo de los maestros está constituido por la personalidad de los alumnos. Estudiantes exitosos proceden de maestros. El fracaso estudiantil, es también fracaso de los maestros.
5. La personalidad de maestros y alumnos es condicionada a su vez por los factores culturales, políticos, económicos y sociales imperantes.
6. El objeto del trabajo del maestro (los alumnos), es activo, dinámico y pensante. No es un simple receptor de informaciones, conocimientos, experiencias y valores, sino que también cuenta con los suyos propios que trae de su entorno familiar y social.
7. La personalidad del maestro, como la de ningún individuo, puede considerarse acabada, sino que es sujeto de cambios. Mientras enseña el maestro aprende, pero además debe hacer gala de la humildad que le conduzca a tratar de cada vez capacitarse más.
8. El maestro no sólo divulga y enseña conocimientos propios de las ciencias en que se ha formado, sino que ha de ser un orientador de los estudiantes para la vida en convivencia con otros.
9. Dado los avances vertiginosos de las ciencias y las tecnologías, los maestros deben procurar estar actualizados para evitar caer en la rutina y la repetición. Pues corren el riesgo de ser superados por los estudiantes que cada vez tienen un mayor acceso a los medios electrónicos que procesan millones de informaciones y datos cada minuto
10. El maestro debe percatarse de que el mundo cambia y la moral sufre transformaciones. Hay que estar al día de los nuevos códigos de comunicación entre los niños y jóvenes, pues corremos el riesgo de no sintonizar con estos y cometer el error de medir, valorar y evaluar a los alumnos con códigos obsoletos y de naturaleza distinta y esto impide el entendimiento mutuo que es necesario en el proceso educativo.

Sócrates pasó a la historia por su proclamada humildad, expresada en su frase: “yo sólo sé que no se nada”, al tiempo que acentuaba la responsabilidad del discípulo con su “conócete a ti mismo” queriendo recordar aquel adagio de que “nadie aprende en cabeza ajena”.

Juan Jacobo Rosseau, en su Emilio estableció: “No me cansaré de repetir, que para ser maestro del niño es preciso ser su propio maestro”.

El educador Juan Pestalozzi estableció que el maestro debe “identificar los valores de cada niño y fortalecerlos con la actividad educativa”. Naturalmente se refería a los valores positivos.

Juan Pablo Duarte maestro y patriota propugnó por el seguimiento de un valor ético de primer orden: “sed justo lo primero si queréis ser felices”.

Eugenio María de Hostos propuso un modelo educativo sustentado en “el cultivo del intelecto como vía para superar la ignorancia” a la que consideraba la peor esclavitud.

En el transcurso de la historia, los filósofos fueron grandes maestros y los grandes maestros devinieron en tremendos filósofos.

¿Por qué estudiar y enseñar filosofía hoy?

Rafael Morla


“La filosofía que es el fundamento de la cultura espiritual de la humanidad, es necesaria para dar a luz la nueva vida, o para amortiguar los dolores de la caída, en medio del crepúsculo atardecer. Frente a lo que nace y se abre paso, como frente a lo decadente y lo que marcha hacia su inevitable fin, la filosofía ha sido igualmente crítica” (Rafael Morla, Filosofía para pensar).


Creo que hay que estudiar y enseñar filosofía hoy, por las mismas razones que lo hicimos ayer, a saber: para comprender mejor el mundo y para arrojar luz sobre los propios procesos de su transformación. Sólo agregaría, que hoy es más imperioso hacerlo, porque el mundo de hoy es un mundo agónico, en tránsito, que se mueve de una forma de vida y organización (que hay que cambiar) a otra nueva (que hay que comprender).

La filosofía, en tanto reflexión y explicación del mundo y de la propia existencia humana, es necesaria en el crepúsculo atardecer, vale decir, en los momentos de crisis del hombre. Cuando el ser humano está de capa caída, el horizonte se ha tornado gris, y la vida presente no entusiasma para nada, la filosofía aparece como un faro de luz para orientar la existencia y para recuperar el sentido ya perdido. Entonces, el filósofo, que es un sujeto social, organiza la crítica del presente, y con sus ideas, marca el sentido, el curso y la orientación de la futura sociedad. La filosofía desempeña su papel en el juego dialéctico existente entre lo real (lo que se quiere cambiar) y lo posible (la utopía del mañana). De ahí que los filósofos hayan sido los grandes diseñadores de utopías y proyectos de emancipación social.

Es necesario ensañar y aprender filosofía, porque ella estará o debe estar cuando se están erigiendo los fundamentos de la nueva vida. Por ejemplo, toda persona es portadora espontáneamente de una filosofía (la cual está llamada a darle sentido a su vida personal y social), y a toda institución, cuando se crea, se le calzan sus fundamentos o razón de ser (filosofía de la UASD, filosofía de los partidos comunistas, filosofía de los partidos socialdemócratas, etc.)También, toda ciencia tiene un fundamento filosófico, el cual acompaña a esa ciencia en el proceso de nacimiento, y que se mantiene a lo largo de su desarrollo y evolución. El mundo de hoy, exige que tomemos plena conciencia de eso, y que no se deje a la libre espontaneidad.

Es necesario hoy darnos una buena dosis de filosofía, así como contribuir enseñándola, a que otro se la den, porque una buena parte de los conocimientos que se producen en el presente son interdisciplinarios, es decir, se desarrollan, en la intersección o límite de dos o más saberes. Aquí, se pone de relieve, lo estrecho y angosto del espíritu cienticista, y al mismo tiempo, la necesidad de recuperar el sentido de la totalidad filosófica, que supone un manejo dialéctico, entre la parte y el todo, entre lo simple y lo complejo.

La filosofía ocupó su lugar en la antigüedad clásica, cuando las ciudades y estados de Grecia y del Asia Menor entraron en crisis, y se hizo necesario para conciencia del hombre griego de entonces, explicar el por qué de esa crisis. El estrecho marco de la Polis, se desbordaba y se esfumaba, y un nuevo horizonte de vida, más cosmopolita y universal terminó imponiéndose. Ningún pueblo, había sentido, la necesidad de la reflexión y enseñanza de la filosofía, como lo sintió el pueblo griego.
Hoy, creo necesario estudiar y enseñar filosofía para entender mejor el mundo en que vivimos; para captar el sentido profundo de su crisis; para no fallar en nuestra percepción de lo bueno y malo que acompaña a esta modernidad tardía o globalización.

La filosofía fue imprescindible en el siglo XVIII, cuando el modo de vida feudal, se hizo obsoleto, y los seres humanos pasaron a buscar una nueva forma de vida, que les llenara plenamente, tanto material, como espiritualmente. Los filósofos hicieron la crítica del presente, y crearon la subjetividad necesaria, para abrir las compuertas del nuevo mundo moderno.

El siglo XVIII, fue llamado, tanto el siglo de la crítica, como el siglo de los filósofos. ¿Por qué? Porque el ejercicio de la crítica filosófica, se convirtió en algo cotidiano y permanente de la vida social, política y cultural de entonces. En esas circunstancias, la reflexión filosófica, y la enseñanza de la filosofía, se convirtieron en una necesidad profundadamente sentida por la comunidad.

Es necesario filosofar y enseñar filosofía en el mundo contemporáneo, porque aunque este mundo está materialmente maduro para ser cambiado, hace falta la subjetividad necesaria, es decir, las ideas que orienten la práctica de los hombres y mujeres, que luchan por un mundo mejor para todos. Son, ante todo, los nuevos hombres y mujeres, los que necesitan filosofar, porque si no lo hicieran marcharían a tientas por los caminos que conducen a la nueva vida. De ahí nuestra apuesta, por el surgimiento de un número significativo de pensadores, que no sólo atisben intelectualmente el mundo presente, sino que también, señalen las vías y los caminos de su transformación.

Al igual que en el Renacimiento (periodo de transición entre lo vejo y lo nuevo) asistimos a una gran crisis de paradigmas. Es lógico que sea así, porque aún vivimos, en parte, de las ideas elaboradas por los modernos a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII. Hoy, esas ideas no son suficientes, ni si quiera para comprender lo que podemos ver con nuestros propios ojos. Para que tengamos una idea, el mundo de treinta años atrás se fue, en muchos aspectos fundamentales. ¿Cómo podríamos comprender el que tenemos con las viejas ideas?

Lo primero que hay que entender es que el mundo en que vivimos o nos desvivimos es tránsito, y ser tránsito significa que nos movemos de un lugar a otro, significa que no hay nada firme en el. Ello quiere decir, que todo aquel que tenga la preocupación por comprender el ser presente, tiene que hacerlo desde el aire, porque no encontrará una plataforma firme, sobre cuyo suelo afirmar sus pies. Por eso es tarea de la filosofía hoy (lo cual justifica su enseñanza), fluidificar los viejos conceptos de la ciencia y la filosofía tradicionales (es decir, imprimirle un nuevo contenido a viejos conceptos) o crear conceptos (que reflejen la nueva realidad). Los grandes debates de paradigmas que se llevan a cabo apuntan en esa dirección, y sólo aquel que no comprenda la importancia de estos debates, puede negar la importancia de la filosofía y resistirse a su enseñanza en el sistema formal de educación, así como en el resto de la sociedad. No hay que olvidar, que sobre la base de la ignorancia, se excluyó la enseñanza de la filosofía de la educación pre-universitaria de la República Dominicana.

Es necesario aprender y enseñar filosofía para que no perdamos de vista que el ser humano es un proyecto, y como tal está en permanente construcción. Kant decía, con cierto, que estamos en el deber cultivar la humanidad que habita en cada uno nosotros. Al cumplir con esta encomienda kantiana, el filósofo pasa a convertirse en guardián de la condición humana. De ahí su lucha contra todas las formas de exclusión social, de xenofobia, de fundamentalismo, de irracionalismo, de pragmatismo, de tecnicismo, y en contra de todo intento dirigido a desfundamentar la existencia humana, porque mientras estos males existan, o se manifiesten con tanta fuerza, los seres humanos vivirán confinados al antro subterráneo de la caverna, y no avistarán la nueva vida que tienen por delante. Llevar consciencia frente a estos peligros, y buscar la manera de conjurarlos, he ahí, una de las tareas esenciales de la filosofía hoy.

Es necesario enseñar y estudiar filosofía para organizar la crítica de los valores tradiciones negativos contenidos en la praxis histórico social del pueblo dominicano, y crear la subjetividad para la asimilación de nuevos valores, que coadyuven a fortalecimiento de la dominicanidad, y de verdaderos sentimientos y principios éticos humanitaristas. Sin perder nuestra identidad, hay que abrirse a la comprensión de que la vida se realiza en una dialéctica profunda y dinámica entre lo local y lo mundial, entre lo singular y lo universal, entre lo nacional y lo internacional.

Es esencial enseñar y estudiar filosofía para que seamos cada vez más humanos, para que seamos seres dialogantes, para que elevemos a la categoría de arte el ideal de convivencia, de tolerancia y de cooperación. Esta es la única manera de de conjurar el camino de las guerras, y comenzar a vivir la “paz perpetua”, donde el derecho y no fuerza bruta, orienten las relaciones internacionales.

Es necesario enseñar y estudiar filosofía para dar respuesta a las interrogantes existenciales que nos platea la vida. ¿Tiene la vida humana sentido y finalidad? ¿Hay una condición humana? ¿Es posible una sociedad donde la realización material y espiritual de las personas sea el objetivo supremo? ¿Qué bondades y males ha traído a la sociedad el gran desarrollo científico técnico? ¿Qué somos? ¿A qué aspiramos? ¿Tiene sentido aspirar a una vida mejor o es una simple ilusión de la consciencia?

Para terminar, si cuanto he dicho no es suficiente para entender la importancia del aprendizaje y enseñanza la de la filosofía, ya que existe la presunción de que nadie es profeta en su propia tierra, transcribo tres ideas que la UNESCO tiene en relación al tema que nos ocupa:
1- “La filosofía es una “escuela de libertad” ya que no sólo elabora instrumentos intelectuales que permiten analizar y comprender conceptos fundamentales como la justicia, la dignidad y la libertad, sino que además crea capacidades para pensar y emitir juicios con independencia, incrementa la capacidad crítica para entender y cuestionar el mundo y sus problemas y fomentar la reflexión sobre los valores y los principios”.
2- “…La filosofía es una escuela de solidaridad humana y una base para un mejor entendimiento y respeto mutuos, que son elementos fundamentales para fomentar el diálogo entre las civilizaciones…”.
3- La UNESCO interpreta la filosofía en un sentido lato como una forma de abordar los problemas universales de la existencia humana y de inculcar a las personas una manera de pensar independiente. La filosofía se sitúa en la médula misma del saber humano, su ámbito es tan vasto como el de la esfera de competencia de la UNESCO. Las cuestiones más importantes de la que se ocupa la Organización, por ejemplo, la educación para todos, la diversidad cultural, la ética de la ciencia, los derechos humanos, la sociedad del conocimiento, la democracia, el diálogo intercultural, y el diálogo entre las civilizaciones necesitan contar con sólidos conocimientos filosóficos y estar dotados de rigor analítico y conceptual. Es necesario llevar a cabo un riguroso análisis crítico de los conceptos, normas y criterios de los grandes programas de la UNESCO para incrementar la eficacia y pertenencia de las actividades”.[1]

[1] Ver Informe del Director General de la UNESCO, Conferencia de París, 29 de junio del 2005 (www.revistadefilosofia.org).

¿Sociedad del conocimiento?...

¿SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO, ECONOMIA DEL SABER O SABER APLICADO A LA PRODUCTIVIDAD?
Francisco Pérez Soriano

El hecho de que hoy en nuestro país se ponga en cuestión este concepto resulta altamente significativo tanto para la academia como para la sociedad en general. Es tal, este concepto, que en sus orígenes (años 1960) aparece bajo los signos de “sociedad del saber” y, a la vez, asociado al de “sociedad poscapitalista”, con Peter F. Drucker a la cabeza, se ha hecho extensivo en nuestros días en términos de ‘sociedad del conocimiento”.
Subyacente esta noción en las tres fases del cambio de rumbo del saber que experimenta el Capitalismo (como sistema económico-social): revolución industrial, revolución en la productividad y la revolución de la gestión hay, según P. Drucker, a partir de la segunda se produce un cambio fundamental en el significado del saber; este cambio significo que se comenzó a ver el saber como recurso esencial. Suelo, mano de obra y capital son primordialmente importantes como limitaciones. Esta bien que sin ellos ni aun el saber puede producir, que sin ellos ni aun la gestión puede actuar; pero allí donde hay una gestión eficaz, esto es, una aplicación del saber al saber, siempre podremos obtener los otros recursos. Pero ¿hasta donde podría esto ser cierto? ¿Podríamos a través del saber siempre obtener “otros” recursos? Asi trata de situar P. Druker la nueva tendencia de nuestra sociedad de hoy día. El mercado seguirá siendo el integrador efectivo de la actividad económica, pero en tanto que sociedad y hasta cultura los países desarrollados se han desplazado ya al post-capitalismo. Rápidamente se esta llegando a una sociedad de “nuevas clases’ con un nuevo recurso principal como núcleo y recurso primario: el saber. Lo que hoy considera saber se demuestra en la acción; lo que ahora quiere decir con saber es información efectiva en la acción, información enfocada a resultados que implican cada vez más grados de especialización. Estos resultados están fuera de la persona, pues se realizan en la sociedad y la economía, o en el fomento del saber mismo, lo cual cambia de forma fundamental la estructura de la sociedad pues crea nuevas dinámicas sociales, económicas, políticas y de modo de vida en general. ¿Acaso no queda aquí reducido la validez de la noción de saber al mero campo de la acción, a una acción que solo es significativa en el marco de una economía del saber o mas bien de un saber como recurso de producción? Si esto constituye su significación, entonces ¿no seria en extremo genérico hablar de “sociedad del conocimiento”? Aunque a través de este concepto se trate de situar el presente y hasta ofrecer no obstante una visión de futuro para guiar normativamente las acciones políticas y sea empleado para describir los cambios en las sociedades desarrolladas actuales, ¿acaso no queda este concepto reducido a un universo material que no trasciende casi en nada el ámbito de la productividad económica? ¿Expresa este concepto con claridad la transición de una economía que produce productos a una economía basada en servicios y cuya estructura profesional esta marcada por la preferencia de una clase de profesionales que, a pesar de estar técnicamente cualificados, hasta prevalece en estos también un alto índice de alienacion? ¿Por qué otros analistas sociales prefieren usar otras nociones tales como “sociedad de la información” o “sociedad red” por ejemplo? ¿Es que el concepto no aplica muy bien aun tratándose de sociedades muy desarrolladas? ¿ Y que de las sociedades llamadas “subdesarrolladas” o en “vía de desarrollo”?...Estas y otras cuestiones son las que por el momento nos asaltan la mente a pesar de tratar de comprender como el conocimiento se ha convertido, según este enfoque, en fuente principal de innovación y en punto de partida de programas políticos- sociales de sociedades desarrolladas que están orientadas al progreso tecnológico y la evaluación de tecnologías lo cual se caracteriza por la investigación y creación de una nueva tecnología intelectual como base de los procesos de decisión en el ámbito político-económico.
Haciendo acopio de lo que en términos lingüísticos se nos plantea en el Concepto de “Sociedad del Conocimiento” de K.Kruger, ( publicado por la Revista Bibliografía de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. XI, No 683, 25 de septiembre de 2006), la revisión de la bibliografía de referencia indica un uso diferente en los ámbitos lingüístico alemán y español. En el ámbito alemán el uso de este termino esta asentado desde el principio de los anos 1990, teniendo como una de sus referencias el trabajo de Nico Stehr. En la misma época se estaba utilizando en el ámbito de habla española casi exclusivamente el termino “sociedad de la información”. El uso del termino sociedad del conocimiento es mas reciente y tiene como punto de referencia el trabajo de Manuel Castells, que ha acunado, a su vez, el termino de “la sociedad red”.
La búsqueda de los términos “sociedad del conocimiento” “sociedad red” y “sociedad de la información” en la Internet a través del buscador Yahoo por ámbitos lingüísticos, da una impresión de la importancia de esos términos. Los resultados muestran que “sociedad de la información” es la expresión mas frecuente en los tres ámbitos lingüísticos, pero su uso comparado con los otros dos es mas frecuente en el ámbito del habla inglesa y del habla española. A su vez, el término ”sociedad del conocimiento” es mas importante en el ámbito del idioma alemán, mientras que el término “sociedad red” tiene mas importancia en el ámbito de los idiomas ingles y español que en el ámbito alemán. Sinteticémoslo en el siguiente cuadro que nos ofrece.
******************
Vemos, en este sentido, que al tratar de describir y hasta de explicar los cambios que se están experimentando en muchas sociedades actuales, las cuales influyen de una manera u otra en el mundo, ambas denominaciones genéricas (sociedad del conocimiento y sociedad de la información) se hacen cada vez mas frecuentes ¿es cuestión de moda, residual o en realidad se trata de explicar una realidad altamente significativa para el mundo de hoy?
A mi modo de ver de lo que se trata es de explicar o de entender una realidad que en nuestros días no solo es altamente significativa sino también que despierta un complejo de preocupaciones. Tal parece que ambos conceptos no se excluyen, al contrario tratan de poner en conocimiento una realidad desde su diversidad significativa en perspectiva. Veamos: aunque determinados estados al promover ciertas estrategias políticas gubernamentales hacen sospechar que se trata mas bien de una visión directriz en lugar de un concepto sociológico contrastado, para los analistas sociales de fines de los anos 70 el uso de la noción “sociedad del conocimiento” o el de “sociedad de la información” al analizar los cambios de la sociedad moderna se centran, por lo menos, en los siguientes indicadores:
1. La importancia que, en nuestras sociedades de hoy, cada día mas adquieren las tecnologías de la información y la comunicación y su utilización en los procesos económicos-sociales.
2. Ambas nociones resaltan las nuevas formas de producir conocimiento, ya que este es considerado como una de los principales causantes del crecimiento junto con los factores capital y trabajo. En este sentido, como bien señala Heidenreich, se concede una relevancia crucial a la producción de productos intensivos en conocimiento y a los servicios basados en el conocimiento.
3. Resalta la creciente importancia de los procesos educativos y formativos, además de destacarse los servicios intensivos en conocimiento con y comunicación, que generalmente se denominan trabajo de conocimiento; lo cual va estrechamente ligado, por tanto, a cambios en las áreas tecnológicas y económicas muy relacionadas con las TIC, en ámbito de planificación de la educación y formación, en la organización (gestión del conocimiento) y del trabajo de conocimiento.
Pero, ¿es posible basar la definición de un tipo de sociedad en el concepto de conocimiento o de información teniendo en cuenta que ninguna sociedad existe sin disponer de conocimiento o de información?
Una de las nociones mas actualizadas de “sociedad de la información” es la que se utiliza, sobre todo, cuando se tratan aspectos tecnológicos y sus efectos sobre el crecimiento económico y el empleo; esta tiene como punto de partida la idea de que la producción, la reproducción y la distribución de la información es el principio constitutivo de las sociedades actuales. Pero en la reciente discusión europea, tanto en el ámbito de las ciencias sociales como en el de la política se observa que este termino es reemplazado por el de “sociedad del conocimiento” lo cual implica un cambio conceptual de la información al conocimiento considerándolo como principio estructurador de la sociedad moderna y resaltando su importancia para la sociedad actual, en especial para los cambios en la estructura económica y en los mercados laborales, para la educación y para la formación. ¿Acaso no es esto una falacia? ¿Acaso no habría que considerar de que tipo de conocimiento se trata y la modalidad de su aplicación actual?
Para Sócrates y Platón, según nos dice P. Drucker en La Sociedad Poscapitalista, el propósito del saber era el conocimiento de si y el propio desarrollo; los resultados eran interiores; para su antagonista, Protagoras, el resultado era la habilidad de saber que decir decirlo bien; era “imagen”… Durante mas de dos mil anos el concepto del saber de Protágoras dominó la educación occidental y definió el saber; el trivium medieval, el sistema educativo que subyace hasta hoy en lo que llamamos una “educación humanista”, consistía en gramática, lógica y retórica, los útiles necesarios para decidir que hacer y como hacerlo. El concepto Zen del saber y el concepto confuciano del saber, las dos ideas que dominaron la educación y la cultura orientales durante miles de anos, eran parecidos; el primero se centraba en el autoconocimiento; el segundo, como el trivium medieval, en los equivalentes chinos de gramática, lógica y retórica. El saber que hoy considera, sin embargo, es un saber que se demuestra en la acción; lo que ahora queremos decir con saber es información efectiva en la acción enfocada a resultados en un contexto actual en base al fomento del saber.
“Para conseguir algo este saber tiene que ser altamente especializado; esta es la razón por la cual la tradición, que empezó con los antiguos pero que persiste en lo que llamamos “educación humanista’, lo relegaba al estatus de techne o arte. No podía ni aprenderse ni ser ensenado; tampoco significaba cualquier principio general; era especifico y especializado; era experiencia mas que instrucción, aprendizaje mas que enseñanza. Sin embargo, hoy no hablamos de esos saberes especializados como ‘artes’, hablamos de ‘disciplinas’. Y esto es un cambio muy importante en la historia intelectual.” (P. Drucker La Sociedad Poscapitalista. Pag. 62-63)
El paso del saber a los saberes, de las artes a las disciplinas o metodologías transforma la experiencia ad hoc en sistema, la anécdota en información; cada una transforma la destreza en algo que puede enseñarse y aprenderse; al primero, ha dado el poder de crear una nueva sociedad; pero esta sociedad tiene que estructurarse sobre la base de que el saber tiene que ser especializado y las personas con saber tienen que ser especialistas. Esto les da su poder pero al mismo tiempo plantea para P. Drucker, cuestiones básicas en materia de valores, de visión, creencias, en fin en todas las cosas que mantienen unida a la sociedad y que dan significado a la vida además de plantear una gran y nueva cuestión: ¿Qué significa la persona instruida en la sociedad de los saberes? Y, mas aun, nosotros preguntarnos si una persona instruida equivale a una persona sabia y educada? ¿Puede una persona estar bien instruida y sin embargo no ser sabia o educada? ¿Nos vemos hoy día en la necesidad de replantearnos un nuevo concepto de educación? La respuesta a esta última cuestión parece perfilarse altamente afirmativa.

viernes, 27 de febrero de 2009

SOBRE EL INFORME DE LECTURA

INDICACIONES PARA LA REALIZACION Y PRESENTACION DE UN INFORME DE LECTURA
Un informe o reporte de lectura es un documento mediante el cual alguien (por ejemplo un estudiante) pretende enterar a otro u otros (por ejemplo a una o un docente y a sus compañeros de clase) sobre el contenido y la forma de un determinado texto. Para el o la docente constituye un procedimiento pedagógico tanto para inducir a la lectura como para asegurarse de que efectivamente el compromiso de lectura del texto se realizó y de que se hizo con tal o cual nivel de autenticidad y provecho.
El reporte refleja la calidad de la lectura. Se supone que una lectura a ser reportada exige un cuidado especial. Más que un reporte de cada línea o párrafo, debe serlo del texto como totalidad. Por ello es recomendable una primera lectura completa del texto, que nos dote de una visión global de él, seguido de una lectura parte por parte que nos permita extraer las informaciones que creamos dignas de ser informadas.
La presentación (escrita y para fines académicos)
1) Portada. Semejante, en lo esencial, a cualquier presentación de trabajo académico: Nombre la institución educativa, título del informe, identificación del autor o autores (nombres y números), asigantira, nombre del docente, lugar, fecha. El título del informe deberá incluir --pero no limitarse a-- el título de la obra reportada y el nombre de su autor, como en el siguiente ejemplo: Informe de lectura sobre La política, de Aristóteles.
2) Ficha bibliográfica. Datos del libro o documento del que se informa: Autor, título, tomo, edición, editora, año de edición, ciudad, cantidad de páginas.
3) Presentación general. Tema central, partes y capítulos que integran la obra, resumen general del contenido. Todo preferiblemente en un solo párrafo.
4) Extracto o síntesis de la obra, por parte o por capítulo. Es la parte central del reporte. Puede incluir cítas directas del texto, indicando sus páginas. También algunas aclaraciones por parte del que informa.
5) Comentarios y valoración final. Varios (pocos) párrafos.

domingo, 22 de febrero de 2009

De filósofos, en décimas

De filósofos, en décimas


Desde muy remotos tiempos
La gente quiere saber
Qué es el mundo, qué es el Ser
Y así se cuentan por cientos,
Miles, millones de intentos
De grandes filosofías
Para así seguir la vía
Que nos dote de razones
Y darnos explicaciones
Con tino y sabiduría

De los antiguos helenos
Dicen que a decir verdad
Por toda la humanidad
Lograron pensar en pleno
Ningún tema les fue ajeno
De su presente y pasado
Valores, virtud, Estado
De materia o pensamiento
Los griegos con su talento
Sus huellas nos han legado.

Demócrito pudo ver
De átomos toda materia.
Los sofistas dieron seria
Objeción al conocer:
Niegan se pueda obtener
Una verdad lisa y llana.
Pero Sócrates reclama
Raseros más efectivos
Y rechaza el relativo
Criterio como gran trama.

Dijo saber nada más
Que en verdad no sabía nada
Y que el sabio es el que escala
Al Bien, y que ignorar va
Atado al Mal, y además
Recomendó en su idealismo
“Conócete bien tú mismo”,
Tu alma es el mejor paquete
Y el irónico viejete
Vio en el mundo un espejismo.

Platón, su alumno mejor,
Dividió al mundo real
En dos: uno el ideal
Intangible y superior,
El otro más inferior,
El de las cosas cambiantes
Que todos a cada instante
Captamos con los sentidos
Sin informar lo debido
De lo eterno e inmutante.

Conocer es recordar,
Y en esta Reminiscencia
Se acerca uno con paciencia
Al Bien. Por esto mandar
Es cosa que hay que encargar
A algún Filósofo Rey
Que dicte la mejor ley.
Por esto la democracia
No la vio nunca con gracia,
Y nunca le dio su Okey.

Aristóteles no quiso
Seguir en mucho a Platón,
Y no aceptó la ilusión
De un mundo dual y rehizo
Prudente mas no sumiso,
Su visión, y así él opina
Que tiene causa divina
El mundo, que es uno solo
El cual se conoce todo
Si al método bien se atina.

Halló diez categorías
--atributos predicables
De cada cosa nombrable.
Y solo dio garantía
Del bien pensar si se guía
Usando la deducción,
Que es Lógica a perfección.
Y aunque todo lo sabido
Primero va a los sentidos,
Quien decide es la razón.

Con platónico ingrediente,
Un tal obispo Agustín
Propuso más bien que el fin
Es que ilumine la mente
Dios, que es omnisapiente,
Y que nuestro desafío
Es que con nuestro albedrío
Podemos hacer la historia:
O bien ganamos la gloria
O tomamos ruin desvío.

La escolástica después
Fue imponiendo su criterio
De que el saber solo es serio
Si es apoyado en la fe
Y cual mala y necia res
Todo librepensador,
Sin asomo de rubor,
Muy fuerte era perseguido
U obligado el desmentido
Para evitar el terror.

Tomás, un cura de Aquino,
De aristotélico acento,
Introdujo el elemento,
De unir en igual destino
Fe y razón, pero previno
Contra la “doble verdad”,
Que es darle veracidad,
No importa lo que prediquen,
A fe y razón aunque indiquen
Lo contrario en realidad.

Con claro nominalismo
--negación de los conceptos--,
Tuvo un innegable efecto,
Que adelantó el empirismo,
Guillermo de Occam, el mismo
De la navaja mentada
Que usaba para la tala
De toda frase de más:
Lo que sobraba se va
Con parsimonia aplicada.

Con su duda radical
--hasta de sí mismo en duda--,
Descartes buscó la cura
A la herencia medieval
Y produjo una total
Reforma racionalista.
Que nada se le resista
A la razón bien regida
Y quedó así despedida
La etapa escolasticista.


“Pienso, luego existo” reza,
El principio cartesiano
Que busca llevar de mano,
Con soberana certeza,
El método que endereza
A lo extenso conocer
Por parte del otro ser
Que es la razón cognoscente
Y dice que toda gente
Puede al mundo comprender.

Bacon criticó motivos,
“ídolos” y tradiciones
Que empañan nuestras visiones,
Y al método deductivo
Antepuso el inductivo
Que al saber le da certeza,
Y así la naturaleza,
En nuestro humano deber,
Se use como debe ser
Con provecho y con grandeza.

John Locke su empirismo basa,
--La línea inglesa siguiendo--
En que vamos conociendo
A partir de tabla rasa
Significa que rechaza
El innatismo. Y plantea
Que nuestra mente recrea
Partiendo de sensaciones
Y también por reflexiones
Todo el arsenal de ideas.

Otro empirista dilecto,
En torno a explicar lo hechos,
Dijo que no había derecho
A ver siempre en cada efecto
Clara causa, y que es defecto,
Por simple costumbre ruda
Dar de una vez por segura
Una causa terminante
Sin reparar lo bastante
Que quizá sea más oscura.

Fue Hume, a quien bien después
Inmanuel Kant en su empeño
Dijo: “Me sacó de un sueño
Dogmático el escocés”
La realidad nunca es
En su “cosa en sí” o esencia
Como nos hace presencia
Y sin mis formas mentales
El fenómeno no sale
De simple y mera apariencia.

Todo humano, según Kant,
Puede hacer juicios a priori
Y también a posteriori
Pero para el alemán
Solo los primeros van
A lo científico unido.
En cuanto a la moral, dijo
Que debe ser racional,
Categórica y total
Sobre el deber comprendido.

En Hegel el mundo era
Idea Absoluta en proceso.
Y todo lo real por eso
Es racional, y pondera
Que la Dialéctica entera,
Nos conduce a la verdad.
Desde la necesidad,
Los hombres hacen su historia
Y enfilan su trayectoria
Camino a la libertad.

Otro germano --y van tres,
De tantos por mencionar—
Fue el inmenso Carlos Marx
Que dijo estaba al revés
La Dialéctica, que fue
Una idea por él tomada
Pero que fue transformada
En clave materialista
Pues en su forma idealista
Resultaba limitada.

El ser social determina
Según Marx, la ideología
Y en esta filosofía
Con la práctica camina
La esencia humana, y estima
Filosófico deber
No solo bien comprender
Al mundo e interpretarlo
Sino también transformarlo
En lo que debiera ser.

En Comte la Ilustración
De Europa llegó hasta el punto,
De rechazar todo asunto
Que huela a especulación.
La filosofía en cuestión
Se dice ser positiva;
Dice que el saber estriba
En dar por cierto no más
Lo que a los sentidos va
Y que la ciencia describa.

El pensamiento ha pasado
Tres etapas: la primera
Teológica; luego la era
Metafísica, y ha llegado
--según Comte lo ha afirmado—
La positiva y final.
Un positivismo tal
Desde luego que no cuenta
Con todo apoyo, y encuentra
Su rechazo radical.

En el siglo diecinueve,
En filosofía abundante,
Un coloso muy pensante
Aún todavía nos conmueve
Pues Nietzsche viene y se atreve
A atacar en su simiente
La cultura de Occidente
Y a su talante cristiano
Y a reclamar de lo humano
Una voluntad potente.

Siglo XX. ¡Qué cien años
En ciencia y tecnología
Y choques de ideologías
Como nunca desde antaño!
No resulta pues extraño
Que tuviera mil escuelas
Algunas muy paralelas
Otras en algo cercanas
Pero todas, como hermanas,
Siguiendo largas estelas.

Con el lógico empirismo
--filosofía del lenguaje—
Va a continuar el linaje
Claro del positivismo,
Solo que en su tecnicismo,
En lugar de lo observable
Piden sea verificable
Todo término empleado,
Si no, queda descartado
Su sentido predicable.

El pragmatismo predica
Que cualquier juicio o teoría
Solo tiene garantía
De ser verdad si ello implica
Que sirva a la acción, e indica,
Que no hay que buscar sentido
Al mundo, que no ha tenido
Su propia razón de ser
Más allá del entender
Que es siempre muy subjetivo.

Otro pensar de incidencia
Ha sido el que nos reclama
Que el mundo es siempre una trama
En el que toda existencia
Precede siempre a la esencia.
Que la libertad presente
En el sujeto consciente
Le hace pensar en la nada
En la muerta simulada
Y su angustia es permanente.

Junto a este existencialismo
Nuevas y viejas visiones
Han surgido a borbotones
Desde un marcado nihilismo
Hasta el más claro optimismo.
Y hoy parece que es la moda
Traernos de nuevo la oda
Del pensar relativista
Ropaje post-modernista
Que a toda verdad enloda.

¿Nada es verdad ni es mentira?
Entonces ¿en qué me apoyo
Para no rodarme al hoyo?
Y si caigo, ¿quién me tira
Y quién me quita la ira
De quedarme sin criterio?
¿No tomarme nada en serio?
¡Pues, sí señor, hay verdades,
Virtudes y falsedades,
Aunque siempre habrá misterios!

Notas sobre historia de la educación antigua

EDUCACIÓN TRADICIONALISTA EN EL ANTIGUO ORIENTE
(SÍNTESIS)
China y el tradicionalismo burocrático
UBICACIÓN
Limita al norte con la República de Mongolia y Rusia, al noreste con Rusia y Corea del Norte, al este con el mar Amarillo y el mar de la China Oriental, al sur con el mar de la China Meridional, Vietnam, Laos, Myanmar (antigua Birmania), India, Bután y Nepal, al oeste con Pakistán, y Tayikistán y al noroeste con Kirguizistán y Kazajstán.
Su existencia como nación no cuenta más allá del año 3000 antes de nuestra era. China ha tenido un gobierno organizado desde el establecimiento de la dinastía Shang, alrededor del 1726 a.C., convirtiéndola en una de las naciones más antiguas del mundo. A lo largo de la historia, el control político de la enorme población china fue administrado por una serie de gobiernos locales de fuerte control, por una capital central y por una corte cuyo carácter político varió según las circunstancias históricas. Su literatura se compone de: poesía, historia, filosofía, proverbios, etc. Es el pueblo más conservador de la historia. En China la escuela tenía dos grados: elemental y superior. China es el país por excelencia de los exámenes oficiales. El mayor representante de su educación fue Confucio. Su método educativo consistía en copiar mecánicamente y de memoria textos antiguos y en escribir acerca de ellos ensayos y poemas de acuerdo a los modelos preescritos. La finalidad de su educación era obtener cargos públicos y títulos de nobleza.
La educación en el Japón
En Japón solo existen dos religiones el shintoismo y el budismo; la educación escolar se inicia entre los trece y los dieciséis años sobre este contexto se debe mencionar que la base de la educación la constituyen dos libros el Kotio (libro de los deberes filiales) y el Rongo (la filosofía de Confucio.
La India y el Tradicionalismo Filológico
Situada en el sur de Asia, que comprende, junto a Pakistán y Bangladesh, el denominado subcontinente indio. La India es el séptimo país más extenso del mundo y el segundo más poblado después de China. Desde el punto de vista geográfico está formado por toda la península india y partes del continente asiático. Limita al norte con Afganistán, Tíbet, Nepal y Bután; al sur con el estrecho de Palk y el golfo de Mannâr, que lo separa de Sri Lanka y el océano Índico; al oeste con el mar Arábigo y Pakistán; al este con Myanmar (Birmania), el golfo de Bengala y Bangladesh, que casi separa por completo el noreste de la India del resto del país.
La educación en la India es una educación de castas. La escuela elemental no tiene una organización pública; se debe a la iniciativa privada, se encuentra al aire libre y todos los estudios tienen un fondo religioso y bajo formulas rituales.
Babilonia, Azur y el tradicionalismo mágico
Su localización está hoy en día marcada por una amplia zona de ruinas al este del río Éufrates, a 90 km al sur de Bagdad, en Irak.
Babilonia tuvo un régimen absolutista, y ponía énfasis en la organización por medio de clases sociales. En la primera etapa de los pueblos mesopotámicos, la educación fue doméstica. Cuando los asirios conquistan babilonia se crean las escuelas publicas con el fin de enseñar la lengua y civilización extranjeras. El lugar para impartir la educación pública fueron los templos
Egipto y el tradicionalismo realista
República situada en el noreste de África, en Oriente Próximo. Limita al norte con el mar Mediterráneo, al este con Israel y el mar Rojo, al sur con Sudán y al oeste con Libia. El país tiene una longitud máxima de norte a sur de 1.085 km, y una anchura máxima, cerca de la frontera meridional, de unos 1.255 km. Cuenta con una superficie de 997.739 km². El Cairo es la capital y la ciudad más grande.
En Egipto el poder se encontraba simbólicamente en el faraón y éste contaba con una corte de uncionarios. La escritura era demótica; es el país oriental que ha dado mayor importancia a la educación. Para este pueblo la educación tendía a preparar al hombre para una vida laboriosa, para obtener mayores satisfacciones en este mundo y para asegurar por ritos y ceremonias el favor de los dioses. Es el primer pueblo oriental que toma conciencia del arte de enseñar.
El pueblo Hebreo y el tradicionalismo Teocrático
República del Oriente Próximo fundada en 1948, situada en la costa oriental del mar Mediterráneo. Israel limita al norte con el Líbano, al noreste con Siria, al este con Jordania y al suroeste con Egipto. Su extremo más meridional se extiende hasta el golfo de Aqaba, un brazo del mar Rojo. Tiene una extensión de 21.946 km²
Su libro sagrado es el talmud. La educación se daba en un principio dentro del seno familiar. La escuela elemental fue una institución tardía. Su método de enseñanza se basaba en la repetición y la revisión. La escuela se organizaba en tres clases: la migar, la mishnath y la guemara; en todas ellas existía el ideal teocrático.
Fenicia y el tradicionalismo utilitario
El pueblo fenicio se ubico en el territorio de Israel, en la educación de los fenicios domina el principio de la utilidad. Sus conocimientos se relacionan con el comercio. En la ciudad de Cartago, los niños aprendían a leer, escribir y contar; sin desatender el aprendizaje del manejo de las armas, ni la práctica de la religión.
Los Persas y el tradicionalismo nacionalista
La ubicación geográfica de los Persas es la gran meseta de Irán, que se dilata desde el Mar Cáspio hasta el golfo Pérsico y desde el Valle del Tigris hasta el mar de Indo. La educación persa se prolongaba hasta los 25 años; a los 7 años ingresa a escuelas públicas y se considera propiedad del estado. Los persas poseyeron enseñanza superior. Un punto muy importante que se debe mencionar es que la organización educativa de los Persas influyo en Grecia y Roma.

LA EDUCACIÓN EN ROMA
ÉPOCA ANTIGUA (hasta el siglo II a. C.).
En esta época antigua de la historia de Roma, la educación de los muchachos se limitaba a la preparación que podía darle su padre. Se trataba de una educación de campesinos, basada fundamentalmente en el respeto a las costumbres de los antepasados (mos maiorum). Desde la más tierna infancia se les enseñaba que la familia de la cual eran miembros constituía una auténtica unidad social y religiosa, cuyos poderes estaban todos concentrados en la cabeza, en el paterfamilias, que era el propietario de todo, con derecho de vida y muerte sobre todos los miembros de la familia.
Hasta los siete años era la madre la encargada de la educación de los hijos. La madre es la maestra en casa. Ejerce, pues, un papel de suma importancia: no se limita sólo a dar a luz al hijo, sino que luego continúa su obra cuidándolo física y moralmente. Por eso su influencia en el hijo será importante durante toda la vida de éste.
A partir de los siete años era el padre quien tomaba la responsabilidad de la educación de los hijos. Un padre enseñaba a su hijo -puer- a leer, escribir, usar las armas y cultivar la tierra, a la vez que le impartía los fundamentos de las buenas maneras, la religión, la moral y el conocimiento de la ley. El niño acompaña a su padre a todas partes: al campo, a los convites, al foro, etc.
Por su parte, la niña -puella- sigue bajo la dirección y el cuidado de su madre, que la instruye en el telar y en las labores domésticas.
El definitivo perfeccionamiento a su formación lo daba el ejército, en el que se ingresaba a la edad de 16 o 17 años. La fuerza del ejército romano residía en su disciplina: el cobarde era azotado hasta morir, el general podía decapitar a cualquiera por la menor desobediencia, a los desertores se les cortaba la mano derecha, y el rancho consistía en pan y legumbres.

A PARTIR DEL SIGLO II a. C.
A partir de los siglos III y II a. C. Roma entra en contacto con la cultura griega al conquistar la Magna Grecia. Desde entonces, la superioridad cultural griega marcará la cultura y la educación romanas. Maestros y rétores llegan como esclavos a Roma y se dedican a impartir la docencia en las casas de sus dueños e incluso abren escuelas, una vez obtenida la libertad.
La implantación del sistema educativo griego no se hace esperar. De este modo, la Roma rústica se va a convertir en portadora y transmisora del caudal humanístico griego. A partir de ahora gran número de pedagogos, gramáticos, retóricos y filósofos invaden las calles de Roma, y los romanos aceptan sus enseñanzas (aunque no sin algunas reticencias).
Esquemáticamente, la organización del sistema educativo es, pues, la siguiente:
Nivel de estudios
Edad de los alumnos
Nombre del profesor
Planes de estudio

Locales
Metodología
Elemental (primario)
7-11
(En el Imperio, para pobres había escuelas gratuitas)


Ludi magister o Litterator
Lectura, escritura, cuentas y memoriza-ciones sencillas. Ley de las Doce Tablas.
Objetivo: cultura básica y actitud cívica.
Pergulae = azoteas o tabernae = tiendas

Memorización, castigos corporales: se usa la férula
Medio (secundario)
12-16
(ricos o privilegiados)



Grammaticus
Explicaciones de poetas griegos y romanos.
Se persigue el perfecto dominio de la lengua
Tabernae a lo largo del foro, abiertas al público
Comentario de texto total: gramática, métrica
historia
mitología,geo-grafía.
Memorización
Superior (uni-versitario)
17-20
(alumnos que aspiran al cursus honorum -carrera política-).



Rhetor
Oratoria: reglas, fórmulas, dicursos, declamaciones.
Objetivo: formar para la elocuencia
Pórticos del foro. Desde el Imperio el Estado facilita hermosas aulas.

Ejercicios prácticos: suasoriae
controversiae

a) Enseñanza primaria.
La enseñanza primaria ocupaba a los niños desde los siete años hasta los once o doce. Esta primera enseñanza podía recibirse en casa, con profesores particulares, pero la mayoría de niños y niñas acudía a la escuela del litterator.
El niño acudía a la escuela muy temprano, acompañado del paedagogus, generalmente griego. La jornada solía ser de seis horas, con descanso a mediodía, y un día festivo cada nueve días -nundinae- . El curso comenzaba el mes de marzo, y había vacaciones estivales (desde julio hasta los idus -el 15- de octubre).
Las escuelas eran locales muy humildes, donde había sillas o bancos sin respaldo para los alumnos, que escribían con las tablillas apoyadas en las rodillas.
En la escuela primaria se aprendía a leer, escribir y contar, bajo una férrea disciplina que castigaba con severidad cualquier falta.

b) Enseñanza secundaria.
La enseñanza secundaria, impartida por el grammaticus, acogía a niños y niñas desde los once o doce años hasta los dieciséis o diecisiete. Se centraba en el estudio de la teoría gramatical, lectura de autores clásicos griegos y latinos y comentario de los textos leídos. A partir del comentario del texto se enseñaba a los niños geografía, mitología, métrica, física, etc.
c) Enseñanza superior.
Finalizada la enseñanza del grammaticus, el joven que decide dedicarse a la oratoria y a la actividad pública pasa a la escuela del profesor de retórica (rhetor), generalmente griego.
Después de una serie de ejercicios preparatorios, el alumno se ejercitaba en la declamación, en la que se distinguían dos géneros:

1. Suasoriae, discursos sobre temas históricos. Eran monólogos en los que personajes famosos de la historia valoran el pro y el contra antes de tomar una decisión.
2. Controversiae, discusiones entre dos escolares que defendían puntos de vista contrarios sobre temas judiciales muy variados.

F DERECHOS Y DEBERES DE PROFESORES Y ALUMNOS.

1. Los profesores.
Asuma ante todo un espíritu de padre con respecto a sus alumnos, y piense que está en el lugar de aquellos que le han confiado a sus hijos. No tenga él vicios, ni los tolere. No sea desagradable su actitud austera, no sea excesiva su familiaridad; no vaya a ser que nazca de la una odio y de la otra desprecio. Hable mucho de honestidad y bondad, pues cuantos más avisos dé, menos castigará. No se deje llevar nunca por la ira, pero tampoco deje pasar lo que debe corregirse. Sea sencillo en su enseñanza, sufridor del trabajo, esté siempre cercano, pero no en exceso. Responda gustoso a los que le preguntan, a los que no le preguntan, pregúnteles de repente. En las alabanzas de las exposiciones de sus alumnos no sea tacaño, pero tampoco exagerado, porque lo uno provoca disgusto con respecto al trabajo, lo otro autosuficiencia. Al corregir lo que debe, no sea duro, y mucho menos, amenazador, pues a muchos les aleja del propósito de estudiar el que algunos les repriman como si les odiasen. Diga alguna vez, es más, muchas, y diariamente, constantes ejemplos sacados de la lección para su imitación, sin embargo, según se dice, la viva voz alimenta mucho más y, sobre todo, la del maestro al que sus discípulos, si están bien educados, aman tanto vomo veneran. No se puede decir cuánto más gustosamente imitamos a quienes apreciamos.
Quintiliano, Instituciones oratorias.
2. Los alumnos.
Después de hablar bastante de los deberes de los maestros, a los discípulos, entretanto, sólo les recomiendo esto: que amen a sus maestros no menos que a los mismos estudios, y crean que son sus padres, no físicamente hablando, sino en el plano intelectual. Este deber hacia el maestro ayudará mucho al estudio, pues los escucharán mejor y creerán en sus palabras, y desearán vivamente parecerse a ellos. Finalmente vendrán contentos y entusiasmados a las reuniones de las escuelas, no se enfadarán cuando se les corrija, se alegrarán cuando se les alabe, y se dedicarán al estudio para ser los más queridos. Pues así como el deber de aquéllos es enseñar, el deber de éstos es mostrarse dóciles. De lo contrario, una cosa no sirve sin la otra. Y así como el hombre nace de la unión de uno y otro progenitor, y en vano se esparce la semilla si no la calienta el surco bien mullido, de la misma manera, la elocuencia no puede desarrollarse si no existe la concordia asociada del que transmite y del que recibe.

lunes, 16 de febrero de 2009

Textos breves sobre Filosofía de la Educación



-I-
(Sobre el objeto y la naturaleza de la Filosofía de la Educación).

(…) Filosofar la educación implica, a mi juicio, enfrentarse a tres cuestiones principales, a saber: qué es el ser humano, es decir, en qué consiste esa realidad educable; qué papel juega la educación en la construcción d ese ser; y cómo quisiéramos que fuese el ser humano una vez educado. La primera, que es el punto de partida, es la cuestión de la ontología humana; la segunda es respondida por la Teoría del Conocimiento; y la tercera es la cuestión axiológica. Puesto que para quien habla, siguiendo a Kant, el hombre y la mujer son lo que la educación ha hecho de ellos, puedo decir más llanamente que la filosofía de la educación responde a las preguntas de qué es lo humano, cómo llega a serlo y cómo debería ser.
(Luis Ulloa Morel. Idea de lo humano y de la educación en Juan Francisco Sánchez. Conferencia dictada el 22 de noviembre del 2002. Santo Domingo, Distrito Nacional).

La filosofía de la educación (…) es el conjunto de dilucidaciones y orientaciones ideológicas y teóricas de variados niveles especulativos y científicos que se aplican al ser (la sociedad y la naturaleza) y al pensamiento (…) en el interés específico de la formación de los seres humanos.
(Jacobo Moquete de la Rosa. Filosofía de la Educación. 2001).


Parto del presupuesto de que, frente a la educación, la filosofía tiene que desempeñar una triple tarea: una tarea epistemológica, una tarea axiológica y una tarea antropológica, toda vez que el proceso educacional, como objeto de reflexión filosófica, implica necesariamente una discusión sobre la naturaleza del conocimiento en él comprendido, una discusión sobre la valorización del actuar humano en él puesto en práctica y una discusión sobre la propia condición de la existencia del hombre.
(Antonio Joaquim Severino. Un abordaje filosófico: las posibilidades de la educación. Ponencia en el simposio “La escuela y la construcción de la ciudadanía…” Sao Paulo. 1996) ______________________________________________________________________________

Así como la filosofía general intenta comprender la realidad en conjunto explicándola del modo más general y sistemático, la filosofía educativa busca comprender la educación entera, interpretándola mediante conceptos generales que orientarán la selección de los fines educativos y de los sistemas. Así como la filosofía general coordina los hallazgos de las diferentes ciencias, la filosofía educativa los interpreta en cuanto se relacionan con la educación (…).
(…)
La filosofía educativa depende de la filosofía formal porque la mayoría de los problemas importantes de la educación son, en el fondo, de índole filosófica. No podemos criticar los ideales y sistemas educativos existentes ni sugerir otros nuevos sin considerar primero los problemas filosóficos generales, tales como la naturaleza de la vida buena a la que debe conducir la educación; la naturaleza del hombre, puesto que al él educamos; la naturaleza de la sociedad, puesto que la educación es un proceso social y la naturaleza de la realidad ultima que todo saber procura desentrañar. Así pues, la filosofía educativa abarca la aplicación de la filosofía formal en el campo de la educación. Al igual que la filosofía general, la filosofía de la educación es especulativa, prescriptiva, y crítica o analítica.
La filosofía educativa es especulativa cuando busca establecer teorías de la naturaleza del hombre, de la sociedad y del mundo con las que puede ordenar e interpretar los datos contradictorios de la investigación educativa y de las ciencias humanas. El filosofo educativo puede establecer estas teorías, bien sea deduciéndolas de la filosofía formal y aplicándolas a la educación o partiendo de problemas educativos particulares, hasta llegar a un sistema filosófico capaz de resolverlos. Sea cual fuere el método que siga, queda en pie el hecho de que la educación plantea una serie de problemas que ni ella ni la ciencia pueden resolver por si sola porque son meramente casos de las cuestiones eternamente recurrentes de la filosofía misma.
Una filosofía de la educación es prescriptiva cuando especifica los fines que la educación debe perseguir y los medios generales que ha de emplear para alcanzarlos. Define y explica los fines y medios existentes de nuestro sistema educativo y sugiere otros para que sean tomados en consideración. Al respecto, los “hechos”, aun cuando sean definitivos, no pueden ser suficientes. Los hechos sólo indican con o más o menos precisión las consecuencias de adoptar ciertos sistemas. Ni los fines de la educación ni sus medios, salvo el más particular, pueden ser establecidos mediante criterios considerados válidos únicamente para la educación, puesto que ésta es una disciplina que no puede quedar aislada. En realidad ¿cómo podríamos discutir inteligentemente la cuestión de si la escuela debe practicar la democracia en la administración y gobierno de los estudiantes sin entrar en la filosofía política? ¿Cómo podríamos tratar el problema de la instrucción individual sin hacer referencia a una filosofía social? Cuando el educador elige sus objetivos debe hacerlo, no como educador, sino como filósofo.
La filosofía de la educación es también analítica y critica. En este sentido analiza sus propias teorías especulativas y prescriptitas, así como aquellas que encuentra en otras disciplinas. Examina la racionalidad de nuestros ideales educativos, su consistencia con otros y el papel que en ellos desempeña la creencia en lo que se desea, poco analizada. Prueba la lógica de nuestros conceptos y su adecuación a los hechos que buscan explicar. Demuestra las inconsistencias de nuestras teorías e indica el alcance preciso de aquellas que quedan en pie una vez desechadas dichas inconsistencia. Examina la vasta proliferación de los conceptos educativos especializados. Sobre todo, se esfuerza en aclarar el alcance de los diferentes significados que se atribuyen a términos tan manidos como “libertad”, “adaptación”, “desarrollo”, “experiencia”, “interés” y “madurez”.
(George F. Kneller. Introducción a la Filosofía de la Educación. Universidad de California. Los Angeles).
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Se considera que la filosofía de la Educación guía la teoría y la práctica en tres direcciones:
1- Ordena los hallazgos de las disciplinas importantes para la educación, incluso los de la educación misma dentro de un criterio cabal del hombre y de la educación que le conviene.
2- Examina y recomienda los fines y medios generales del proceso educativo.
3- Aclara y coordina los conceptos educativos básicos.
También cuando se habla de los objetivos de la filosofía de la Educación los autores hablan específicamente del sentido u objeto de trabajo de la misma en lo que respecta al análisis del lenguaje educativo, al sentido del proceso educativo, a la estructura educativa del hombre, a la reflexión epistemológica sobre los métodos y resultados de las Ciencias de la Educación y a la contribución lógico mitológica a la relación de los modelos y procesos de la investigación educativa.
Esto conduce a otra reflexión importante cuando se plantea que la filosofía de la educación “ofrece la brújula orientadora, la guía teórica necesaria para no perder el rumbo en el misterioso drama de enseñar y aprender” (Chávez, J, 1995) y añade “La filosofía de la educación es la “estrella polar” del acto educativo” Todo esto conduce al obligado análisis del desarrollo humano, pues de lo que se trata es de lograr un modelo de hombre, hay que actualizar el criterio sobre desarrollo humano, sobre la formación del hombre.
(Dra. Marta Martínez Llantada. Naturaleza y principios de la filosofía de la educación. Una reflexión. Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”. La Habana. s/f).
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-II-
(Sobre la condición humana y su relación con la educación y la cultura)

La antropología prehistórica nos muestra cómo la hominización es una aventura de millones de años, tanto discontinua –proveniente de nuevas especies, habilis, erectus, neandertal, sapiens, y desaparición de los precedentes, surgimiento del lenguaje y de la cultura– como continua, en el sentido en que se prosigue un proceso de bipedización, de manualización, de erección del cuerpo, de cerebralización, de juvenilización (el adulto que conserva los caracteres no especializados del embrión y los caracteres psicológicos de la juventud), de complejización social, proceso a través del cual aparece el lenguaje propiamente humano al mismo tiempo que se constituye la cultura, capital adquisición de los saberes, saber-hacer, creencias, mitos, transmisibles de generación en generación.
La hominización desemboca en un nuevo comienzo. El homínido se humaniza. Desde allí, el concepto de hombre tiene un doble principio: un principio biofísico y uno psico-cultural; ambos principios se remiten el uno al otro.
Somos resultado del cosmos, de la naturaleza, de la vida, pero, debido a nuestra humanidad misma, a nuestra cultura, a nuestra mente, a nuestra conciencia, nos hemos vuelto extraños a este cosmos que nos es secretamente íntimo. Nuestro pensamiento y nuestra conciencia, los cuales nos hacen conocer este mundo físico, nos alejan otro tanto. El hecho mismo de considerar racional y científicamente el universo nos separa también de él. Nos hemos desarrollado más allá del mundo físico y viviente. Es en este más allá que opera el pleno desplegamiento de la humanidad.
(…)
El humano es un ser plenamente biológico y plenamente cultural que lleva en sí esta unidualidad originaria. Es un súper y un hiperviviente: ha desarrollado de manera sorprendente las potencialidades de la vida. Expresa de manera hipertrofiada las cualidades egocéntricas y altruistas del individuo, alcanza paroxismos de vida en el éxtasis y en la embriaguez, hierve de ardores orgiástricos y orgásmicos; es en esta hipervitalidad que el homo sapiens es también homo demens.
El hombre es, pues, un ser plenamente biológico, pero si no dispusiera plenamente de la cultura sería un primate del más bajo rango. La cultura acumula en sí lo que se conserva, transmite, aprende; ella comporta normas y principios de adquisición.
(…)
El hombre sólo se completa como ser plenamente humano por y en la cultura. No hay cultura sin cerebro humano (aparato biológico dotado de habilidades para actuar, percibir, saber, aprender), y no hay mente (mind), es decir capacidad de conciencia y pensamiento, sin cultura. La mente humana es un surgimiento que nace y se afirma en la relación cerebro-cultura. Una vez que la mente ha surgido, ella interviene en el funcionamiento cerebral con efecto retroactivo. Hay entonces una tríada en bucle entre cerebro-mente-cultura, donde cada uno de los términos necesita a los otros. La mente es un surgimiento del cerebro que suscita la cultura, la cual no existiría sin el cerebro.
(…)
Finalmente, hay una relación de tríada individuo-sociedad-especie. Los individuos son el producto del proceso reproductor de la especie humana, pero este mismo proceso debe ser producido por dos individuos. Las interacciones entre individuos producen la sociedad y ésta, que certifica el surgimiento de la cultura, tiene efecto retroactivo sobre los individuos por la misma cultura.
(…)
No se puede absolutizar el individuo y hacer de él el fin supremo de este bucle; tampoco se puede hacerlo con la sociedad o con la especie. A nivel antropológico, la sociedad vive para el individuo, el cual vive para la sociedad; la sociedad y el individuo viven para la especie, la cual vive para el individuo y la sociedad. Cada uno de esos términos es a la vez medio y fin: son la cultura y la sociedad las que permiten la realización de los individuos y son las interacciones entre los individuos las que permiten la perpetuidad de la cultura y la autoorganización de la sociedad. Sin embargo, podemos considerar que la plenitud y la libre expresión de los individuos-sujetos constituyen nuestro propósito ético y político, sin dejar de pensar también que ellos constituyen la finalidad misma de la tríada individuo-sociedad-especie. La complejidad humana no se comprendería separada de estos elementos que la constituyen: todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia con la especie humana.
(Edgar Morin. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO. 2001).

El hombre no llega a ser más que por la educación. No es más que lo que la educación hace de él. Es importante subrayar que el hombre es siempre educado por otros hombres y por otros hombres que a su vez fueron también educados. (…).
(Inmanuel Kant. Reflexiones sobre la educación).
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Que no pueda concebirse al hombre sino viviendo en sociedad, es lugar común. Sin embargo, de ello no se sacan todas las consecuencias necesarias e incluso individuales: que una determinada sociedad presuponga una determinada sociedad de las cosas, y que la sociedad humana sólo es posible en cuanto existe una determinada sociedad de las cosas, también es lugar común. Es verdad que hasta ahora, a estos organismos supraindividuales se les ha dado una significación mecanicista y determinista (tanto a la societas hominum como a la societas reum); de ahí la reacción contra este punto de vista. Es preciso elaborar una doctrina en la cual todas estas relaciones sean activas y estén en movimiento, fijando bien claramente que la sede de esta actividad es la conciencia de cada hombre que conoce, quiere, admira, crea, en cuanto ya conoce, quiere, admira, crea, etc.; de cada hombre concebido, no aisladamente, sino rico de posibilidades provenientes de otros hombres y de la sociedad de las cosas, de las cuales no puede sino tener cierto conocimiento. (Como cada hombre es filosofo, cada hombre es científico, etc.).
El problema de lo que es el hombre es siempre el problema llamado de la “naturaleza humana”, o del llamado “hombre en general”, esto es, el intento de crear una ciencia del hombre (una filosofía) que parta de un concepto inicialmente “unitario”, de una abstracción que pueda contener todo lo “humano”. Pero ¿lo “humano” es un punto de partida o un punto de llegada, como concepto y hecho unitario? Esta investigación, ¿no es más bien un residuo “teológico” y “metafísico” en cuento considerada punto de partida? La filosofía no puede ser reducida a una “antropología” naturalista, puesto que la unidad del genero humano no está dada por la naturaleza “biológica” del hombre; las diferencias importantes del hombre no son las biológicas (razas, conformación del cráneo, color de la piel, etc., y a ellos se reduce, en resumidas cuentas, la afirmación: “el hombre es lo que come” –come grano en Europa, arroz en Asia, etc.–, que se reducirá luego a esta otra afirmación: “el hombre es el país que habita”, puesto que gran parte de los alimentos están ligados a la tierra habitada), ni tampoco la “unidad biológica” ha contado gran cosa en la historia (el hombre es el animal que se ha comido a si mismo cuando se hallaba más próximo al “estado natural”, es decir, cuando no podía multiplicar “artificialmente” la producción de bienes naturales). Tampoco la “facultad de razonar”, o sea el “espíritu”, ha creado la unidad, y puede ser reconocido como hecho “unitario” sólo en tanto que concepto formal, categórico. No es el “pensamiento”, sino lo que realmente se piensa, lo que une o diferencia a los hombres.
(Antonio Gramsci. El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce. Obras Escogidas, tomo I. La Habana, 1966)
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Sabemos hoy que el desarrollo humano no se da mediante un proceso de liberar las potencialidades hasta cierto punto ya programado, contando apenas con la decisión voluntarista del sujeto. En realidad, la supuesta “naturaleza humana” no es un dato de partida: ella se va constituyendo en el espacio natural y social, así como en el tiempo histórico, en un proceso continuo de interacción del sujeto con la naturaleza física y con la sociedad, en una praxis entendida como actividad atravesada por determinantes objetivos y por intencionalidades subjetivas.
De este modo, los sujetos humanos comprendidos en el proceso educativo no pueden ser reducidos a modelos abstractamente concebidos de una esencia metafísica ni a una maquina natural, prolongamiento orgánico de la naturaleza biológica.
Por tanto, la “esencia” y la “existencia” humanas solo adquieren sentido si se lograran como producto de las mediaciones histórico-sociales. Sólo se es hombre en esas condiciones.
(Antonio Joaquín Severino. Un abordaje filosófico: las posibilidades de la educación. Ponencia en simposio “La escuela y la construcción de la ciudadanía. Sao Paulo, 1996).


-III-
(Sobre los fines educativos)

Los pedagogos se refieren a los fines educativos como al conjunto de atributos y valores ideales que deberían formar parte de los educandos al cabo de determinado ciclo, nivel o carrera del sistema educativo. Representa un ideal del tipo de personas que el sistema social quiere tener. Se corresponden, por tanto, con una cierta concepción filosófica que, lógicamente, no puede ser otra que la de quienes planifican y dirigen el sistema social y educativo. (…).
(Luis Ulloa Morel. Los caminos del aprendizaje. Santo Domingo, 2002).
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No se puede negar que ante los ojos de todo pueblo aún fuerte hay un tipo ideal de hombre, que determina todo el estilo de la educación. Tal imagen quizás pertenezca a aquellos contenidos de la moral (…). Está ‘en el aire’, por decir así. Si esta afirmación aún fuese exagerada, habría de señalar que toda escuela, pública o privada, deber tener por lo menos un plan de formación. Pero a través del plan de estudio ya se vislumbra algo así como una forma espiritual del ideal de hombre; ‘flota ante nosotros’. Existen diferentes tipos de escuela. Por lo tanto debe haber diferentes imágenes de hombres que se afirmen como fines. Pero todos se encuentran dentro del estilo de vida del grupo, que se preocupa justificadamente de su prole. Por laxos que se formulen los postulados, por modestamente que de piense respecto al éxito de esta intenciones de acuñamiento, no se puede prescindir del todo de un ideal de educación.
(Eduard Spranger. El educador nato. Kapeluz. Buenos Aires, 1960).
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El verdadero educador sondeará siempre de nuevo el ideal, a cuyo servicio se pone con su trabajo. (…) El ideal ‘normativo’ de formación siempre posee una raíz existencial. Ha de adquirir vida aquí y ahora. Pero nunca nace de la soledad, de la mera subjetividad; más bien lo llena con los contenidos de la vida espiritual trascendente, con los ya conquistados y los por conquistar. Toda generación y todo educador pensante ha de ganar siempre de nuevo la lucha por el verdadero contenido de la formación.
(Eduard Spranger. El educador nato. Kapeluz. Buenos Aires. 1960).

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He aquí un principio del arte de la educación que particularmente los hambres que hacen planes de enseñanza deberán tener siempre ante sus ojos: no se debe enseñan a los niños únicamente según el estado actual de la especia humana, sino según su estado futuro posible y mejor, es decir, de acuerdo con la Idea de la Humanidad y con su destino total. (…) Los padres piensan en sus casas, los príncipes piensan en su Estado. Ni unos ni otros tienen como fin último el bien universal y la perfección a la que la humanidad está destinada y para la cual posee también disposiciones. Sin embargo, la concepción de un plan de educación tendría que recibir una concepción cosmopolita.
(Inmanuel Kant. Reflexiones sobre la educación).
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…La ecuación no es en sí misma un fin, es decir, no se educa a sun ser con el único propósito de educarlo, sino con miras a los fines que les son trascendentes, de orden moral, religiosa, político u otros. Cualquier educación es normativa y su orientación descansa, por tanto, sobre opciones filosóficas; de manera que una pedagogía absolutamente neutral, en el sentido del laicismo estrecho y primario, es una ilusión, si no una mentira. En particular, uno de los objetivos de la educación es facilitar la adaptación de los individuos a su medio social y a la colectividad política en general. Lo que implica, inevitablemente, opciones. Sería una equivocación ignorar que pedagogía y propaganda se encuentran en este terreno y, según las circunstancias, pueden entrar en conflicto o colaborar.
(Julien Freund. La esencia de lo político).

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La idea externa del fin lleva a una separación de los medios respecto del fin, mientras que un fin que se desarrolla dentro de una actividad como plan para su dirección es siempre a la vez fin y medio, tratándose aquí solo de una distinción de conveniencia. Todo medio es un fin temporal hasta que lo hayamos alcanzado. Todo fin llega a ser un medio de llevar más allá la actividad tan pronto como se ha alcanzado. Lo llamamos fin cuando señala la dirección futura de la actividad a que estamos dedicados; medio, cuando indica la dirección presente.
(John Dewey. Democracia y educación).















-V-

(La visión del Materialismo Histórico sobre la educación y la conciencia. Una muestra)


(…) en la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; esas relaciones corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción constituye la base económica de la sociedad, la base real sobre la que se eleva una superestructura jurídica y política ya a la que corresponden formas sociales determinadas de conciencia. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres lo que determina la realidad; por el contrario, la realidad social determina su conciencia. Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se hayan movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de esas fuerzas. Entonces se abre una era de revoluciones sociales. El cambio que se ha producido en la base económica trastorna más o menos lenta o rápidamente toda la colosal superestructura. Al considerar tales trastornos importa siempre distinguir entre el trastorno material de las condiciones económicas de producción --que se puede comprobar fielmente con la ayuda de las ciencias físicas y naturales—y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas; en una palabra, las formas ideológicas, bajo las cuales los hombres adquieren conciencia de este conflicto y lo resuelven. Así como no se juzga a un individuo por la idea que él tenga de sí mismo, tampoco se puede juzgar tal época de trastorno por la conciencia de sí misma; es preciso, por el contrario, explicar esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto que existe entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Una sociedad no desaparece nunca antes de que sean desarrolladas todas las fuerzas productivas que pueda contener, y las relaciones de producción nuevas y superiores no se constituyen jamás en ella antes de que las condiciones materiales de existencia de esas relaciones hayan sido incubadas en el seno mismo de la vieja sociedad. Por eso la humanidad no se propone nunca más que los problemas que puede resolver, pues, mirado más de cerca, se verá siempre que el problema mismo no se presenta más que cuando las condiciones materiales para resolverlo existen o se encuentran en estado de existir. (…).
(Karl Marx. Crítica de la economía política).


… Marx caracteriza como alienación todo proceso en el que es arrebatado al hombre su humanidad por los objetos y relaciones a cuya creación el hombre contribuyó, pero no dominó. La alienación es el dominio sobre nosotros de una realidad inhumana y enemiga, que nos despoja precisamente de cuanto poseemos de humano y de valioso. Según la primera interpretación, la superación de la alienación representará la unidad recuperada de nosotros y la realidad. Según la determinación del segundo concepto, la superación de la alienación constituye la eliminación de la realidad en todos los aspectos en que es ajena e inhumana, es decir, en que destruye nuestra humanidad”. (Bogdan Suchodolski. Teoría marxista de la educación).

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No se trata sólo de una cuestión económica, sino que junto a esta diferencia que consiste en que la riqueza material que produce no es suya, que le es ajena, está el hecho de que no puede convertir lo que produce en elementos de su propia vida espiritual, moral y estética. Así el trabajador se envilece y viene a ser una mercancía más miserable que su propia fuerza de trabajo.
(…)
La característica genérica del hombre es vivir para producir --…---; pero el trabajo aliena enseña al hombre lo contrario, es decir, que para vivir, debe producir. Así, “su esencia es un mero medio de existencia”.
(Gaspar Jorge García Galló. La concepción marxista sobre la escuela y la educación).



-V-

(La visión idealista sobre la conciencia y la educación. Una muestra)

(…) En los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien, que se percibe con dificultad; pero una vez percibida no se puede menos que sacar la consecuencia de que ella es la causa primera de todo de todo lo que hay de bello y de bueno en el universo; que, en este mundo visible ella es la que produce la luz y el astro de que esta procede directamente; que el mundo invisible engendra la verdad y la inteligencia; y en fin, que ha de tener los ojos fijos en esta idea el que quiera conducirse sabiamente en la vida pública y en la vida privada.
(Platón. La República. Libro séptimo).